Por: Dida Sáab
03 de noviembre 2022
Hace unos días el mundo se sorprendió con la noticia del acuerdo limítrofe firmado, bajo custodia de la UNIFIL, entre Líbano e Israel. Dos gobiernos que se mostraban durante décadas en franco desacuerdo, y sin relaciones diplomáticas, repentinamente firman al pie de la misma hoja, mostrando ante la comunidad internacional que pudieron coincidir en un bien común, y que los representantes de ambos países se dieron un abrazo indirecto a través del enviado estadounidense Amos Hochstein. Suena bien. Pero ¿cómo se llega hasta ahí? ¿Y gracias a quién? Y lo más importante: ¿qué y a quiénes se llevaron por delante para lograr esta delimitación?
Recapitulemos un poco. Desde finales de los años 40, cuando Líbano se constituye en Nación independiente, se sabía de la existencia de riqueza gasífera y petrolífera subyacente en sus aguas. En 1967 comenzó un intento de extracción, pero se conoció que el combustible que había era muy poco y de baja calidad. Nuestro polémico vecino del sur también estaba al tanto de la posibilidad de existencia de hidrocarburos en sus mares. Los constantes conflictos bélicos entre ambas naciones ya eran frecuentes, y desde hace diez años se comienza a manifestar por cada una de las partes su deseo de comenzar a extraer hidrocarburos. Pero hacía falta lo más importante: la delimitación marítima.
En Líbano siempre fue un tabú mencionar el nombre de Israel, así sin adjetivos. Había que anteponer la palabra “enemigo”. O, si se quería ser más preciso, se debía hablar de “Palestina ocupada”, que es el nombre que aparece en los mapas oficiales en este país. Sin embargo, en octubre del 2020, en una rueda de prensa, el sempiterno Presidente del Congreso, Nabih Berri, dijo textualmente: “se comenzarán las negociaciones con Israel”. Sin adjetivación. Sin Palestina. Sin “ocupación”. Vaya sorpresa. Resulta que ya estaba permitido llamarlos por su nombre. Más de una ceja levantada, más de un signo de interrogación flotando sobre las cabezas de muchos libaneses.
Comenzaron las negociaciones, con la UNIFIL de por medio, y con el enviado especial, Amos Hotchstein. Ambos países no aceptaban varios puntos de la propuesta los límites. Al final, Líbano cede a Israel el bloque 23 en el cual se encuentra el pozo “Karish”, y se queda con el bloque 29, en el que se encuentra el pozo “Qana”. En este último, Israel alega que se le debe remunerar por los trabajos que ya ha hecho en este lugar, y la petrolera francesa TOTAL encargada de los procedimientos de extracción de hidrocarburos, será quien haga el pago al país vecino. Existe descontento entre los ciudadanos de ambas partes. En lo que respecta a Líbano, hay quienes alegan que cedimos 1.420 kilómetros cuadrados y el 20% de “Qana”. Los israelíes también tienen argumentos para no ver con completo beneplácito el acuerdo. Hasta aquí la aclaración técnica, que en un país como Líbano es de menor importancia. Lo que prevalece entre la sociedad libanesa es la NECESIDAD DE UNA ACLARACIÓN PATRIÓTICA.
Expliquemos. El ejército de Israel ha entrado en varias oportunidades a Líbano, cada vez con una excusa diferente, siempre destruyendo infraestructuras y ocasionando cantidad de pérdidas humanas, materiales y morales. Jamás el libanés se planteó ningún tipo de acuerdo con quien lo ha invadido tantas veces, y con quien sigue, a diario, haciendo reconocimientos aéreos sobre nuestro territorio, irrespetando, como siempre, la soberanía. Nuestro cielo es un camino que conocen a la perfección, de ida y vuelta. A esto agreguemos que las facciones políticas libanesas adheridas al régimen iraní son quienes, en este momento, deciden cada acción que se tome en el país. Se precian de ser quienes han detenido el sionismo y quienes liberarán a los palestinos. A ver. Nos perdimos. ¿En qué momento deciden negociar con ellos? ¿Cuándo un estado que nos era prohibido reconocer, es reconocido por ellos? ¿Por qué antes hubo tantas acusaciones a libaneses, llamándolos pro-israelíes por solo mencionarlos, pero ellos no solo los mencionan, sino que los validan y entran en diálogos de fronteras marítimas? ¿Cómo es que lograron delimitar el mar con Israel, y aún no lo han logrado con Chipre ni con Siria?
A los libaneses, sobre todo a los del sur, en donde tantas vidas se han perdido por defenderse de Israel, los han convencido de que deben aguantar en nombre de la RESISTENCIA. Sí, resistencia en contra del sionismo para defender a Líbano y a Palestina. ¿Y ahora los jefes de la resistencia, los vasallos de Irán, negocian con ellos? Quien haya perdido a algún ser querido en el Sur, debe sentirse engañado, al ver que los suyos dieron su vida por una mentira. ¿Cómo les digo a mis hermanos del sur de Líbano que en un acuerdo firmado se ahogaron todas sus esperanzas? ¿Cómo les digo que su sufrimiento podía haberse evitado? ¿Cómo podrían saber en aquellos tiempos que todas las consignas contra el enemigo encontraron una “oportuna excepción”? Palestina no ha avanzado ni un centímetro en su intención de independizarse. Hezbolá e Irán no han logrado nada. Palestinos y kurdos han sido los grandes engañados desde la caída del Imperio Otomano. Pero los palestinos aún siguen siendo usados como excusa de existencia para quienes jamás verán por ellos. Ni siquiera colocaron entre sus condiciones una mínima cláusula para que los palestinos se beneficien con la fortuna que se esconde en lo que una vez fueron sus mares. ¿Eso es defender la causa palestina? Ya no hay motivo para las armas de Hezbolá. ¿O es que después de este acuerdo piensan responder con guerra a cualquier provocación?
Aunque los representantes israelíes y los libaneses estuvieron en diferentes áreas de una misma localidad en la frontera, mientras los de la UNIFIL iban de una oficina a otra, aquí hubo un doble reconocimiento: el de Israel como Estado, y el de Hezbolá como negociador.
Netanyahu ha dejado el alma y las cuerdas vocales en cuanto foro ha salido, para hablar del terrorismo de Irán y de su brazo armado Hezbolá. Yo espero que la sociedad a la que Netanyahu o Yahïr Lapid quieren gobernar, también le pida cuentas a sus mandatarios. ¿Negociaron los israelíes con los “terroristas” que han mandado a atacar con sus soldados perdiendo la vida? ¡Pero en qué mundo estamos!!!! A ellos y a nosotros nos han enseñado el miedo, el no querernos, el no reconocernos, y, cuando se les viene en gana, se sientan en una mesa. Esto es, tan sencillamente, una muestra de la pérdida de tiempo que tenemos al creer en la política ciegamente, y no exigir explicaciones.
Las negociaciones en Israel, al menos, fueron consultadas en su congreso. Aquí, los diputados no fueron tomados en cuenta. Fue una decisión de pocos, que ostentan el poder. El hoy Ex Presidente Aoun se jacta de haber logrado este acuerdo. No. El acuerdo fue entre Irán, USA e Israel, y quienes llevaron la batuta por parte de Líbano son representantes del gobierno persa.
Los libaneses bien les podemos pedir a Irán e Israel que nos dejen en paz, y que vayan a limar sus asperezas en el fondo del mar, y dejen de usar a Líbano como ring de boxeo. Total, ya han demostrado que saben repartirse muy bien las negociaciones, y que cuando les interesa, saben hablar entre ustedes. Ya dejen de mandar a sus soldados y a los nuestros a la muerte segura en nombre de sus nacionalismos, que saben dejar a un lado cuando de dinero se trata. Y cuando quieran promover otra guerra, ojalá que ya sepan que no vale la pena.
Quién sabe cuántos convenios más ya existen, y están ocultos en el fondo del mar. Un acuerdo que pasó once años sin moverse, y que repentinamente debe ser resuelto, justo cuando va a entrar el invierno. Magnífico. Putin cerró sus gasoductos. Israel debe surtir a Europa. Y esto le da otra perspectiva y explicación a la guerra entre Rusia y Ucrania, y saque usted sus conclusiones. No hay puntada sin dedal. Mágicamente nuestros vecinos del sur ya tienen sus cuentas muy bien sacadas. ¡Oportunismo a su altura!
Este acuerdo favorece a todos los implicados, también, desde el punto de vista electoral. Para Biden, el primer ministro israelí y hasta para el gobierno saliente de Aoun y sus aliados representa un gran logro a su favor.
Pero específicamente en Líbano, el comportamiento vergonzoso de sus funcionarios rebasa todo límite. Se logra un acuerdo con Israel, pero no fueron capaces de formar un gabinete mientras había presidente, ni son capaces de escoger a un presidente. El país de la burla y el absurdo politiquero. Israel ya ha comenzado desde hace un rato a extraer gas. Para que Líbano lo haga se necesita lo que NO tenemos: instituciones y planes. Así que quien quiera creer que Líbano se verá favorecido por las riquezas marítimas, déjenme decirle que ni aunque haya petróleo ultra refinado en el centro de Beirut, habrá beneficios para los libaneses, no se beneficiarán mientras esta saga de políticos corruptos e ineficientes (TODOS) siga en el gobierno. Solo apareceremos en las listas de países petroleros.
El mundo necesita paz. La pide a gritos. Pero esta debe ser lograda de acuerdo a los deseos de las sociedades y no a conveniencia de los negocios de los que gobiernan. Es algo que tanto libaneses como israelíes no debemos olvidar cuando quieran encendernos a unos contra otros.
Nos han ahogado en los rencores, y desde el fondo del mar nos quieren hacer entender la paz a su conveniencia.
