EL EMIR
ANTONIO TRABULSE KAIM (+)
El emir Fahereddine Maan las progenies locales que sucesivamente controlaron Monte Líbano bajo la bota del nuevo imperio, fueron los Maan, entre. Los años 1516 y 1697, y los Chehab de 1697 a 1842. De los primeros surgió un hombre afanoso conocido, como Fahkhreddine II, nacido en una ilustre familia de la comunidad druza de apellido Maan. Fue un gobernante que se hizo querer por su generosidad y por su actitud de justicia entre los católicos maronitas, conquistando su simpatía y apoyo, sobre todo en mis distritos montañeses sureños.
Los otomanos querían una jugosa recolección tributaria y los emires entregaban los impuestos regionales para evitar dificultad. Fakhreddine Maan, decidió expulsarlos. Era un hombre inteligente, resuelto y rico, que se preocupó por formar un bien preparando un ejército de 40,000 hombres para conquistar las tierras entre Palestina, Alepo y Palmira.
En 1623 logró notoriedad al vencer y capturar a Mustafah el Basa de Damasco en Anjar dentro del Valle de Bekaa. Ante esta demostración de fuerza el sultán turco le otorgó el título de sultán el-barr en 1624, con lo cual, supuestamente, se lograba mi independencia, o al menos una autonomía, digno corolario a las hazañas Fakhreddine.
En 1627 recibió el título de basa de Trípoli. Este forjador de la identidad libanesa era tolerante y culto. Fomentó la convivencia religiosa e invitó a los monjes capuchinos a instalarse, para lo cual les construyó monasterios. Motivó a los europeos a abrir consulados. Fundó un parque cultural en Beirut siguiendo el ejemplo del duque de Florencia, con quien había pasado cinco años durante su destierro en la edad juvenil.
Implantó el cultivo en terrazas, acostumbrado desde entonces en mi suelo. Su atención mayor estuvo en Dair el Qamar. Determinó construirlas con piedras de Akkar, al norte, un acto que constituyó su logro más difícil. Las piedras cremas fueron llevadas por barco de Trípoli a Damour y de la costa a Dair el Qamar, por una fila de hombres, cada uno a un metro del otro, para trasladar las piedras en lo que ahora conocemos como el Serallo (Serail). El nombre de Dair el Qamar, significa Monasterio de la Luna.
Finalmente los turcos mataron a Fakhreddine, como lo habían hecho con su padre y su abuelo. Ahmad Basha, lo traicionó y derrotó en 1633. En 1634 se entregó al general turco, quien los llevó a Estambul, donde fue decapitado por orden del sultán Murad IV. Sus actos no solo vengaron a sus antepasados, sino que arrojaron la semilla de lo que florecía como la auténtica identidad nacional libanesa.
Después de la dinastía Mann vinieron sus parientes y sucesores de la familia Chehab. El emir Bashir II Chehab (1788-1840), quiso mudarse de Dair al Qamar y llevar su capital a Beiteddine, nombre que significa Casa de la Religión, que había sido una ermita druza. Lo primero que se debía solucionar era el traslado y dotación permanente de agua para lo que sería la residencia del emir, por lo que este hizo que los lugareños trabajaran dos jornadas al año sin cobrar, para hacer los canales que llevarían el líquido de la fuente Safa a Beiteddine, labor que duró dos años. El palacio fue la sede del emirato hasta 1840, año en el cual Bashir II se exilió en Malta y luego en Estambul, donde murió en 1850. Luego de la abolición del emirato el palacio fue utilizado como sede gubernamental otomana y posteriormente de los gobernadores de Monte Líbano entre 1861 y 1915. Después de la Primera Guerra Mundial, el mandato galo hizo del palacio su sede que en 1934 fue declarado monumento histórico y se ordenó su restauración. En 1943 se destinó a ser la villa veraniega del presidente de la República Libanesa, siendo el Sahikh Bechara Al Khoury, el primero en ocuparlo. En 1947 trasladaron las cenizas del Emir Bashar desde Estambul para ser depositadas junto a la de su primera esposa, Set Shams. El palacio es considerado como uno de mis atractivos turísticos más notorios.