MICHEL KURY HANUD
PRESIDENTE DEL CONSEJO DIRECTIVO
¿HACIA DÓNDE VAMOS?
La familia libanesa asentada en México deseaba tener un lugar en el que pudiera reunirse, una segunda casa para continuar la convivencia entre todos los integrantes de la diáspora libanesa, de igual manera que fuera un lugar para fomentar las relaciones con la sociedad mexicana para una total integración con el país que los recibe.
Centro Libanés se construyó como esa casa que además de ser la sede de las relaciones amistosas entre los libaneses y libaneses y mexicanos, ha sido también el lugar donde, sin lugar a dudas, se mantuvo y se mantiene al mismo tiempo la unidad con la tierra ancestral para enseñar a las siguientes generaciones las tradiciones y la cultura libanesa y se tejen las nuevas oportunidades para quienes llegaron a esta tierra.
Los tiempos cambian al igual que las circunstancias, al igual que muchas organizaciones a nivel mundial Centro Libanés enfrenta grandes retos, la constitución familiar y social empieza a modificarse, las nuevas generaciones son un poco más desapegadas que la nuestra o la de nuestros papás o abuelos respecto a los lugares de convivencia, mantenerlas unidas alrededor de las tradiciones y de las raíces libanesas no siempre es fácil.
El espíritu libanés, sin embargo, se mantiene junto al mexicano y se volvieron una amalgama que ha cohesionado cultura, tradiciones y fraternidad. Líbano y México, países hermanos, que trabajan en conjunto y se apoyan, ambos son nuestros países, de distinta forma, pero son nuestros.
Bajo este esquema hemos trabajado durante décadas, estamos próximos a cumplir sesenta años, se dicen fácil, pero han llevado una tarea sinfín desde su construcción y su organización que, sin duda, nos ha convertido en referencia mundial de organización y unidad lo cual no nos deja en un lugar de confort, al contrario, el compromiso es mayor, tenemos grandes retos: mantener cerca a la juventud, unida como a toda la comunidad, dando voz a cada rama del gran cedro que somos y abonar a cada proyecto que nos haga avanzar de la mano y crecer como colectividad desde esta, nuestra segunda casa.