Gibran Kahlil Gibran
Soy una palabra dicha por la naturaleza, que luego ella misma recoge y oculta en su fecundo corazón para volverla a decir. Soy un astro caído del firmamento sobre el verde tapiz.
Soy la hija de los elementos con que fue preñado el invierno, que parió la primavera, crió el verano y adormecio el otoño.
Soy el regalo de los amantes.
Soy la corona del matrimonio.
Soy la postrer dádiva del vivo al muerto.
Cuando despunta el Alba me alió a la brisa para anunciar la luz del sol, y cuando llega el crepúsculo, acompaño a las aves en su despedida.
Me mezco en las praderas para adornarlas, y suspiro con el viento para perfumarlo.
Abrazo al ensueño. Me contemplan los innumerables ojos de la noche y anhelo el despertar para ver el ojo del día.
Bebo el licor del rocío, escucho el canto de la alondra y danzo al son del rumor de las yerbas. Siempre miro hacia las alturas para ver las luz y no mi sombra. Y esta es una sabiduría que el hombre no ha podido adquirir.