LOS FENICIOS
DEL LIBRO DEL MISMO NOMBRE DE
ANTONIO TRABULSE KAIM (+)
Herodoto y Estrabón, historiadores griegos, fueron relatores de los sucesos fenicios e incluso este nombre fue asignado por ellos. El primero que escribió PHOENIX (púrpura), fue Homero, al definirlo como los hombres de la púrpura por el tinte rojizo de un molusco gasterópodo llamado múrice, tan prolífico en mi mar profundo. Un gramo puro costaba hasta veinte gramos de oro. Pomponio Mela, nacido en Tingenteras, Algeciras, Andalucía, elaboró el estudio geográfico de corografía, en el cual escribió: Fenicia fue ilustre por los hombres hábiles para el comercio y para los oficios de la guerra y de la paz; inventaron el alfabeto fonético y aportaron a la literatura, a las artes y a la navegación.
Fue entre los años 5000 y 4000 a.C. que este grupo cananeo, de raza e idioma semíticos, originarios del sur del Golfo Arábigo, emigró hacia la Mesopotamia y llegó a mis costas septentrionales, así como aparte de las sirias y palestinas. Se asentaron en la franja costera, amurallada por Yabal Lubnan, la montaña blanca conocida como Monte Líbano cubierta entonces por una densa floresta de cedros cuyas finas maderas negociaron con los faraones. Luego serían marinos, de quienes afirmó el historiador griego Herodoto de Halicarnaso, que los fenicios fueron impulsados al mar por su geografía. (Historias, de Herodoto de Halicarnaso, 485 – 430 a.C.) es así que mis hijos fenicios lograron sus fecundas páginas en la historia de la civilización.
Esto se confirma en la Biblia o en la pretérita literatura, así como en textos de historiadores, especialmente griegos, que reseñan su notoriedad como marinos, comerciantes, artesanos y peritos en construir y manejar naves mercantes o de guerra. Fueron intermediarios entre pueblos de Oriente y Occidente y acercaron a las culturas de ambos lados.
No hay evocaciones suficientes de ese pueblo debido, en parte, a que la humedad causada por la calidez de mis litorales, propició que las inscripciones en papiro se borrasen, que la madera empobreciera, y que las tablas de arcilla se destruyeran o quedaran bajo tierra. Una inscripción en piedra expuesta al viento, lluvia o heladas, se vuelve confusa. Y como ese pueblo dedicó un milenio a aportar sus legados algunos hechos quedaron escritos para la posteridad, pero otros desgraciadamente fueron destruidos.
Para comprender la magnitud histórica fenicia, es preciso aceptar que no había una entidad llamada fenicia, sino una serie de florecientes ciudades independientes que procuraron buenas relaciones comerciales y culturales, pero sin una ideología estatal y mucho menos imperial. Las más connotadas de la fenicia oriental fueron Aradus, Biblos, Biruta (Beirut), Tiro y Sidón.
Solo existen y han permanecido como ciudades habitadas; bajo su suelo los investigadores y arqueólogos encontraron un primigenio esplendor. Sus proezas como combatientes quedaron bien definidas en los sitios que castigaron a Tiro y a Sidón, por resistir bravíamente a los invasores de Oriente y Occidente, como entre Roma y Cartago. E insisto, Fenicia no fue un estado con un gobierno central, sino ciudades-estados, prósperas a veces confederadas, pero con autonomía. Cada una tenía un rey sin poder absoluto al existir un consejo de ancianos que tomaban parte en sus decisiones; con cien integrantes seleccionados entre comerciantes acaudalados que asesoraban al soberano en lo político y en lo financiero, ocupando cargos gubernamentales.
Como pueblo mostró diferencias con otros grupos cananeos, lo que claramente se notó de 1200 al 900 a. C.; cuando tuvo su mayor esplendor al propagar astutos sistemas comerciales y afianzar colonias en costas del Mar Mediterráneo, mucho más allá de sus fronteras. Los fenicios iniciaron sus logros en Oriente en 332 a. C.; cuando Alejandro Magno Conquistó a Tiro; y en el Occidente en el año 146 a. C. Cuando los romanos capturaron Cartago la fenicia oriental se integró a la órbita helenística y la occidental a Roma.
En 332 a. de C. Alejandro construyó un dique de un kilómetro de largo desde la tierra firme Fenicia, para poder conquistar la ciudad insular de Tiro. Durante siglos fue un imperio como lo lograron. Según una investigación de los franceses Nick Marriner, Christopher Morhange y Samuel Meulé, usaron un banco de arena para conectar la costa y la isla. Hasta el lapso comprendido entre el 8000 y 6000 a. C.; existió un andén marino entre la isla y la costa cercana. En los milenios siguientes, el nivel del mar subió poco a poco – con agua de derretimientos – y cedió a la fuerza de las olas. Bajo el agua se formó paulatinamente un banco de arena hacia tierra firme. Los macedonios usaron este dique natural para construir un puente artificial y vencer la resistencia de la ciudad insular tras un sitio de siete meses. La localidad actual de Sour (Tiro), importante e histórica localidad del sur libanés, se encuentra en una península. Estos cananeos se asentaron en mi litoral y en parte del sirio y del palestino. La geomorfología de la tierra y del perfil de los fenicios, los impulsaron al mar para desarrollar su destreza. Mi región es una franja costera aislada del continente por dos cadenas de montañas de norte a sur, llamada Líbano y Anti Líbano, cona longitud de 250 kms. por 22 kms. de ancho en promedio, y con 2700 a 3100 mts. de altitud. Era un área de espesos bosques de cedros, famosos por su madera de calidad. No fue una región agrícola porque la extensión cultivable era pequeña, aunque los fenicios pertenecieran a los grupos cananeos agrícolas y ganaderos. La humedad de su clima costero, hizo que desaparecieran muchas huellas de su cultura.
Al Norte estaba el Río Orontes. Los angostos valles de la sierra no proporcionaban la integración sino la disgregación. Y en vez de un imperio nacían ciudades – estados costeras, gobernadas cada una por un rey y su senado. La mayores fueron Aradus (llamada Roa o Arwad), Biblos, Sidón, Tiro y Beirut. En la costa había caletas y estuarios para abrir puertos, por su apego al mar y daba una posición precautoria, ya que defendía sus urbes con flotas armadas. Otro escollo era la falta de frontera, siendo una ruta de paso y el cruce de tres continentes. Con vecinos que aprovechaban su abundancia, como Asiria, Babilonia y Hattí, tierra de los hititas o heteos, de origen indoeuropeo, más Egipto e Israel. Su poder creció en el mar pues en tierra eran vulnerables. Al estudiar el círculo fenicio, había pocos elementos para hacerlo.
La trayectoria política fenicia se dio por medio de la hegemonía de Biblos, Sidón y Tiro, sucesivamente. Cada una fue un estado autónomo donde prevalecía su constitución y las formas legales, su gobierno y un sistema de monarcas testamentarios monopolizado por linajes aristócratas y la injerencia clerical. El dominio de Biblos permaneció hasta el siglo XVIII a. C., sin que tengamos gran información al respecto. Se sabe que Egipto hizo un centro comercial en esa urbe, pues sus monarcas negociaban con madera del Monte Líbano. Los trabajos arqueológicos han sacado a la luz la trascendental relación entre Biblos y Egipto.
La hegemonía de Sidón duró 500 años, del siglo XVIII al siglo XIII a. de C., Sidón se asentaba en la cuesta de un peñón cercano a una estepa irrigada y cubierta. Con una potente flota llevaban a cabo sus actos comerciales, mientas que los egipcios dominaban el Asia Occidental. Los fenicios protegidos por los faraones, ampliaron el comercio con los pueblos situados en las costas del Mar Mediterráneo y en el Valle del Nilo.
En el dominio sidonio, los fenicios fundaron colonias en el Mediterráneo y abrieron factorías en Kiprus, Creta y Roda. Tomaron metales como el oro en los veneros de Colquida, Tasos y otros sitios. A la postre la gran urbe fenicia fue vapuleada y llevada a la ruina por los filisteos en el año 1209 a.C., y después por las hordas asirias, lo que condenó a este pueblo a quedar bajo el caudillaje de los invasores poderosos.
Fue entonces que el poder fenicio se encontró en Tiro por cinco siglos, igual que Sidón del XIII al VIII a.C.; Tiro se formaba con dos urbes: una continental y la otra en un islote rocoso aislada de la primera por una franja marina. El puerto fue colocado en medio de las dos ciudades cuando Sidón fue arrasada por los filisteos, los nobles sidonios se salvaguardaron en Tiro y las urbes fenicias se confederaron bajo el poder Tirio.
Dando el entorno adverso en su territorio, abrieron comercios en el Mediterráneo Occidental donde la gente cambiaba los productos de su región por los artículos fenicios