LOS EGIPCIOS
ANTONIO TRABULSE KAIM (+)
La historia fenicia es un abanico multicolor de emotivos pasajes audaces y cambiantes, que muestra su relación ejemplar con otros pueblos por lo que fue rica en dar y recibir legados, que tuvo circunstancias variadas y grandes sucesos marítimos que originaron su vasto desarrollo y una fértil formación nacional.
Después del esplendor fenicio (siglo XV a de C.), su atmósfera se volvió un tanto egipcia pues el núcleo faraónico se estableció en Biblos, tornando a la urbe en un sitio bilingüe con claro ambiente mundano.
Egipto compartió sus conocimientos del vidrio opaco con los fenicios y estos crearon la transparencia. El arte fenicio tiene la influencia egipcia. Hay piezas en las que es difícil señalar si es fenicia o egipcia, como con ciertos dijes que provocaron confusión hasta en los peritos, que solo sabían que eran egipcios cuando llevaban jeroglíficos en la parte posterior.
Las prácticas mortuorias egipcias se basaban en el arte funerario fenicio. Hay tumbas de 1800 a de C.; con mobiliario, vasos de cerámica, objetos artísticos, utensilios de hueso y bronce, escarabajos, etc; como en Kafr el Djarra, de mediados del segundo milenio antes de Cristo; o el sarcófago de Ahiram, rey de Biblos, con inscripciones fenicias, descubiertos por el egiptólogo Pierre Montet, objetos del alabastro, tallas en marfil y cerámica de ejecución chipriota.
Sidón, aliado de Egipto, tuvo prosperidad en el siglo XV entes de Cristo; su pueblo se privilegió del comercio egipcio, fundando ciudades y colonizando a Rodas y a las Islas de Pharos, Melos, Thaasos y Cíteres. Fueron hacia el Cáucaso; según la leyenda Tebas, que en Beocia, fue fundada por Cadmus, el maestro fenicio tutelando Lemos, Samotracia y Tracia.
El faraón les regaló jarrones de obsidiana y oro y estos correspondieron con madera de cedro para que las utilizaran en templos y palacios. Las relaciones con Egipto llevaron a Biblos a un gran esplendor en el año 3000 a de C.; debido a la exportación de finas maderas que los egipcios buscaban para sus flotas navales, ritos funerarios, residencias y santuarios. Pagaban con objetos de oro o alabastro, rollos de papiro y tejidos de lino, en una etapa de enorme prosperidad. Ramses II colocó el Nahr el Kalb el único vestigio que permanece en mi suelo para señalar la gloria egipcia: una plaqueta de plata. La Egipcia fue una etapa que, de manera similar a las anteriores, desapareció tan solo para abrir el sendero a la siguiente página de mi apasionada historia.
LOS HITITAS
ANTONIO TRABULSE KAIM (+)
Un ejército recio y poderoso provino del norte sirio y substituyó a los egipcios en mi tierra fenicia, eran los hititas, el origen nebuloso aparentemente europeo asentados en la parte central del Anatolia, en la Península Turca que ahora conocemos como Asia Menor entre los siglos XVIII y XII a de C.; siendo su capital Hattusa. Su idioma era indoeuropeo y utilizaban sus propios jeroglíficos, así como la escritura cuneiforme que aprendieron de los asirios.
Los hititas forjaron un gran imperio con culturas heterogéneas, forjaron su fuerza militar y tenían un inusitado ingenio diplomático. Se les adjudican algunos sistemas en el uso del hierro. Este imperio invadió el Cercano Oriente, incluida mi tierra y obligaba a los dominados a hablar su dialecto y a tomar su cultura.
Fue la contienda de Qadesh conocida como la batalla de los abetos, que se dio cerca de la ciudad de Homs, en Siria la que nos encuadró en la posteridad, al ser los protagonistas de la primera confrontación registrada oficialmente en la historia de las guerras, suceso que dio pauta para que fuese firmado un tratado del paz entre los hititas y los egipcios de Ramsés II que también fue el primer pacto registrado, con lo cual se abrió el archivo de las relaciones internacionales, quedando Homs como ciudad esencial es este y otros eventos históricos importantes. Qadesh ha sido objeto de un estudio minucioso por parte de aficionados e investigadores de la ciencia militar, analistas, historiadores y egiptólogos de todo el mundo. La batalla de los abetos tiene el calibre adicional de ser la última gran batalla de la historia librada totalmente en el mismo sitio y con armas hechas con la tecnología de la edad de bronce. Fue en 1274 a de C. con inseguridad en el año.
Yo, Líbano, estuve bajo la hegemonía hitita del siglo XIV al siglo XIII a de C. lapso que dejó fuertes raíces en mi mestizaje cultural. Las refinadas sociedades fenicias y egipcia consideraron bárbaros a los hititas. Pero el imperio hitita era el centro político del Cercano Oriente y prefirieron pactar alianzas con ellos. Ramsés II, tercer faraón de la XIX dinastía egipcia, contrajo nupcias con una princesa egipcia; la viuda de Tutankamón, faraón egipcio de la dinastía XVIII, escribió así a un príncipe hitita: tú, que procreaste tantos hijos, envíame uno para convertirlo en mi esposo. El imperio hitita se instaló en el Cercano Oriente 2000 años a de C. su historia fue consignada en el Antiguo Testamento. Conquistaron Babilonia y forjaron un colosal poder imperial que se debilitó por las luchas con los asirios-babilonios. Se dice que dieron impulso al factor de la premeditación en el cargo criminal de homicidio. En el cenit de su gloria lograron un alto nivel cultural, según algunos textos religiosos, políticos y jurídicos de la época. Su lengua era la hetea, con escritura cuneiforme, caracteres en forma de clavo escrito sobre rocas blandas o en tablillas de barro. Su economía se basó en la agriculturas y el pastoreo. Entre sus frutos se cuenta un efectivo sistema para perfeccionar la metalurgia del hierro.
Por estas y otras aportaciones, los hititas son un eslabón importante en la memoria libanesa, aunque haya historiadores, investigadores y estudiosos a quienes nos les agrade. Pero son lo hechos, y no los sentimientos, los que forjan la historia de un pueblo.
LOS ASIRIOS
ANTONIO TRABULSE KAIM (+)
Vayamos a la cuenca del Río Tigris, próximo a las ruinas de Nínive, la antigua capital asiria, que se une al Río Éufrates para formar lo que hoy se llama Chat el Arab. Allí se estableció el poderoso imperio de Asiria, que heredó la civilización caldea y que se extendió desde el Mediterráneo hasta el Mar Caspio y de la Cordillera del Cáucaso hasta el Golfo Arábigo (Pérsico). En el año 670 a de C. los asirios, comandados por su rey Asarhadón, invadieron Egipto y se apoderaron del Menfis, su antigua capital. El hijo de Asarhadón, llamado Sardanápalo completó posteriormente la conquista regional.
Se distinguía por su destreza en la construcción, pero carecía de materiales como la madera y la piedra, así que decidieron tomarlas a quienes las tuvieran. Y llegaron al Monte Líbano, en parte desnudado de árboles por los egipcios. Los asirios en el siglo XII a de C.; depredaron sus bosques de cedros y llevaron la madera a Nimrod para recubrir el palacio de Khorsabad para facilitar el traslado de grandes piedras.
Tiglath-Pileser III, quien reinó entre 745 y 727 a de C; fue el primer rey asirio en entrar a mi suelo, conquistó la franja costera, salvó las ciudades-Reino de Sidón y Tiro. Pero sus sucesores completaron el trabajo y las tomaron, por lo que quedé bajo una nueva opresión.
Los reyes de Asiria acostumbraban visitar el Monte Líbano en verano; curiosamente como hoy lo hacen curiosos personajes de la Península Arábiga y del mundo; atraídos por mi clima y la belleza natural de mi territorio.
Los asirios cobraban tributo. Pero el rey de Hamma se insubordinó y fue deportado. El rey de Sidón continuó el levantamiento y fue decapitado, iniciándose una política de represión y muerte. Los asirios dejaron testimonio de su estancia, como el invasor anterior, colcocando una placa en Nahr el Kalb. Su poder duró cinco centurias y su imperio hizo temblar al Cercano Oriente. Con ayuda de los griegos, los jonios y los carios, Egipto se sacudió el yugo en el 512 a de C; Asiria fue vencida por Babilonia y por Media, siendo anexada como provincia persa.
Los asirios salieron de mi memoria, quienes entonces fueron mis opresores, regresarían a mi territorio en el siglo XX, como refugiados que vivieron con la protección de la Liga de Naciones. Yo, Líbano, he sido refugio de perseguidos, hay que reconocerlo. Y vivo tragedias por la hospitalidad de mis hijos.
Un salto cronológico justificado por lo interesante. En 1921, la Universidad de Chicago, comenzó a recopilar un diccionario asirio que en base a palabras esculpidas en tablillas de arcilla o piedras desenterradas en Irak, Irán, Siria y Turquía. Que el asirio es una lengua distinta hace 2000 años. Llegaron expertos de Viena, París, Copenhague, Beirut, Berlín, Helsinki, Bagdad y Londres, a los que se unieron eruditos de Estados Unidos y Canadá. Algunos iniciaron sus carreras con el proyecto y seguían en él cuando se jubilaron. Una generación dio paso a otra y del siglo XX se deslizó al XXI. El trabajo fue lento y con tecnología rudimentaria: máquinas de escribir, mimeógrafos, y dos millones de tarjetas de indexación. Ahora, 90 años después, surge el diccionario asirio en Chicago-21 volúmenes en aqueo, una lengua semítica (con varios dialectos, incluido el asirio) que perduró 2500 años. Un proyecto que brinda todo tipo de escritura, cartas de amor, secretos de su cocina y recetas médicas, archivos fiscales, observaciones astrológicas textos religiosos, contratos, poemas épicos y mucho más.
LOS PERSAS
ANTONIO TRABULSE KAIM (+)
En el siglo VI a de C; Ciro el grande, hijo de Cambises I y rey de Persia del 560 al 529 a de C; me invade y me domina del 550 al 330 a de C; época en la cual mis hijos fenicios dotaron a los persas de barcos y marinos para luchar contra los flotas griegas y egipcias. Los persas de Ciro dominaron Media, al noroeste de Persia, vencieron al rey Creso y conquistaron Lidia, al oeste de Anatolia así como Babilonia.
Sidón era la capital de la satrapía persa en mi tierra. Fue dotada de muchas construcciones y de un jardín real. Para satisfacer la afición del rey persa por la caza, el monarca Sidón construyó un palacio cerca de la ciudad con un área llamada Paraíso. A la cual llevaron jabalíes, leones y osos, amenizada por arpistas, lo que deleitó al monarca. Sus ruinas han sido en parte descubiertas, al mismo tiempo, los sidonios emprendieron la construcción del templo dedicado a Echmoun, dios de la urbe, erigido a tes kilómetros de la misma.
El Rey Sidón fue nombrado almirante de la poderosa marina persa, a la que dotó con 300 naves fenicias. Los jerarcas persas decidieron luchar contra Cartago, pero los fenicios sintieron una natural lealtad y se negaron a enfrentar a su antigua colonia. Persia envió a 50000 hombres, que ocuparon el Sahara, sin poder tomar tierras cartaginesas, pero la región ocupada fue devastada. Los hombres, incluyendo a los ancianos fueron asesinados; las mujeres y niños deportados como esclavos a Mesopotamia. La destrucción en 494 a de C; de la antigua Ciudad de Mileto, situada en la costa occidental de Anatolia, fue la noticia que conmovió a Grecia.
En 351 a de C; los sidonios se rebelaron contra la opresión persa, pero la asonada fue reprimida de manera sangrienta por Artajerjes III, calculándose la muerte de 40000 personas por un incendio que provocaron los mismos habitantes de Sidón para no entregarse al conquistador. Pero al igual que sus predecesores, los persas declinaron y su imperio se fue agotando para dar paso al esplendor griego, dejando solo una herencia de jazmines, lilas y rosas. La satrapía persa desapareció. Según la leyenda, la primavera nació con las flores legadas por ellos. No se si esto es verdad o mito, pero, en todo caso, sería lo único bueno que habrían dejado en fenicia.